XXX

uy, perdimos los tres

1 comentario:

Anónimo dijo...

Sepulté mi felicidad cuando era niño, nadie lo supo, fui cauteloso. Recuerdo que era de día y aun así nadie lo sospechó ¿habrá sido porque me encerré en mi cuarto para hacerlo?
Sepulté a mi felicidad, repito, había en aquel rostro tanta belleza entrando en descomposición que no pude contener mi angustia al ser conciente de la situación. Su presencia era tan fuerte que a pesar de muerta daba la sensación de gritarme en silencio, como querendo no morir del todo, como queriendo que la quite de ahí. Pero que podia hacer yo para evitarlo? Si hubiese existido ese algo lo escribiría, estoy seguro.
Recuerdo a mi soledad hablándome de forma insoportable, quebrada en llanto, intentando explicarme que no me preocupara, que siempre estaría a mi lado, ella y solo ella como única compañera ya, como una cómplice de homicidio. Fue hace tanto tiempo…
Sepulté a mi felicidad, repito una vez más, y ahora que lo pienso, mis ganas, mi fuerza y mi voluntad se fueron con ella. Pero que podía hacer yo para evitarlo? Si hubiese existido ese algo lo escribiría, estoy seguro.